lunes, 2 de marzo de 2009

Crónica de nuestra visita al MUNAL

A lo largo de una charla acerca de la coincidencia de las siglas y el nombre del museo (MUNAL y Museo Nacional de Arte), fue nuestro paseo por el centro, un gran recorrido, cuyo inicio fue el Museo del Estanquillo y final el MUNAL, partimos a las 2:00 pm y llegamos al MUNAL alrededor de la 2:30 pm, al llegar lo primero que comprobamos fue que estuviéramos en el Museo Nacional de Arte, al comprobarlo entramos y recordamos que estaba una exposición que se oía muy bien; La Invención de lo Cotidiano, que era una especie de comparación entre la colección Jumex, enfocada en el arte contemporáneo, principalmente el llamado “conceptual” y la obras de la colección del museo, cuyo propósito era poner obras de muy diversas épocas en un mismo espacio, pero obras caracterizadas por que su principal discurso es la cotidianidad. Estaban expuestos artistas del calibre de Rufino Tamayo, Wolfgang Tillmans, Dr. Atl, Gabriel Orozco, Posada, entre otros. Recorrimos brevemente la exposición; creíamos que nuestra obligación era la exposición permanente, en fin, a las 3:00 habíamos acabado de ver la exposición y nos dirigíamos a las escaleras para empezar el recorrido de la exposición permanente, al iniciar la exposición nos detuvimos en una gran salón que en el techo tenía varias pinturas, nos fijamos principalmente en las cuatro que estaban en las esquinas: una era la justicia, otra la valentía, la sabiduría y la cuarta estaba cortada, pero eran imágenes de mujeres con símbolos que hacían énfasis en el título, por ejemplo la justicia tenía una balanza y una mirada mas dura, mas fría.
Pasamos a una sala que tenía representaciones de cristo en diversas escenas; crucificado, con los santos, y así. El resto de la exposición la observamos brevemente, pero nos detuvimos en una sala que contenía varios cuadros del periodo indigenista que surgió en el porfiriato; escenas de Moctezuma y los conquistadores, siempre resaltando la simpatía al primero y el odio irracional a los segundos, pero con poses y cuerpos de héroes griegos, los que le da un tinte, valga la redundancia muy heroico al asunto. Acabamos como a las 4:30 de ver el museo y vagamos un rato en el centro discutiendo dónde íbamos a comer.
La Invención de la Cotidianidad, fue, en mayor o menor medida, de nuestro agrado, una exposición con una museografía muy moderna; grandes espacios para una sola pieza, algunas veces muy pequeña, denotando el estilo de la pieza; la minimalista acogida espacios de la misma clase y lo mismo la POP o el grabado, siendo el discurso lo cotidiano y sus distintas manifestaciones: el descanso, los amigos, la taberna, los paisajes, la vida, etc. Mientras que la colección del muso recibía un espacio mas clásico, sin pretensiones de nada, textos sencillos y algunas veces ilustrativos, dividida con un orden mas claro y predecible, cuyas obras algunas muy interesantes otras, nada innovadoras y de temas vistos ya en múltiples ocasiones.


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