Pasamos a una sala que tenía representaciones de cristo en diversas escenas; crucificado, con los santos, y así. El resto de la exposición la observamos brevemente, pero nos detuvimos en una sala que contenía varios cuadros del periodo indigenista que surgió en el porfiriato; escenas de Moctezuma y los conquistadores, siempre resaltando la simpatía al primero y el odio irracional a los segundos, pero con poses y cuerpos de héroes griegos, los que le da un tinte, valga la redundancia muy heroico al asunto. Acabamos como a las 4:30 de ver el museo y vagamos un rato en el centro discutiendo dónde íbamos a comer.
La Invención de la Cotidianidad, fue, en mayor o menor medida, de nuestro agrado, una exposición con una museografía muy moderna; grandes espacios para una sola pieza, algunas veces muy pequeña, denotando el estilo de la pieza; la minimalista acogida espacios de la misma clase y lo mismo la POP o el grabado, siendo el discurso lo cotidiano y sus distintas manifestaciones: el descanso, los amigos, la taberna, los paisajes, la vida, etc. Mientras que la colección del muso recibía un espacio mas clásico, sin pretensiones de nada, textos sencillos y algunas veces ilustrativos, dividida con un orden mas claro y predecible, cuyas obras algunas muy interesantes otras, nada innovadoras y de temas vistos ya en múltiples ocasiones.